miércoles, 5 de mayo de 2010

Junto a ti


Nada más que tú sucedes junto a mí
porque cesa el habla –impertinente– el orbe
y en silencio gira a solas para verme junto a ti.

Junto a ti sugiero devorar tu aliento
transgredirte a besos, como a tacto ciego
y tentar tu cuello hasta tenerlo.

Porque a solas muere a prisa el tiempo
y queda a noche expuesto el fuego
entre bocas, entre manos
que al oído recitar tus poros es suspiro
y placer de dios tu cuerpo entre mis dedos.

A solas basta olerte para amarte
o sentir tu piel con la mirada, profundo entrar en ti
a pulso lento y suave pulso
sin soltar tus ojos, sin dejar tu piel al viento
sin perderme un trazo de tu pecho.

Juntos, en el frío día, o en la noche ardiente
no hay silencio que no lleve un nombre, un deseo o un pensamiento
no hay mirada que no busque amarnos
ni sentido que se pierda en vano.
Cada gota de tus labios, cada beso
es cada instante que te amo, cada letra y cada verso
como amor de amantes, de unos locos cuerdos
cuando estar a solas, es tenernos dentro.

¡Te amo!
así te digo y grito, amor que te amo
tanto así que huyo de la niebla hiriente
y a ti aparezco en risa eterna
amor, te amo, en doce vidas... en las miles
cuando estás a solas con mi pecho
en el claro virgen de mi alma
donde te has quedado
y alzas, bella, tus caricias.

A solas, contigo, nada más respira
ni la vida muerta, ni la muerte viva
quedas tú conmigo, solos tú conmigo
y eres mía y mía soy más tuyo
en tus labios de ángel
en tu amor radiante.

Junto a ti no dudo que te amo, ni ahora lejos
porque dentro mío vives siempre:
cuando cierro los ojos y te huelo,
cuando beso el aire y eres tú
y cuando a media noche ceso el sueño con tus besos
y te tengo junto a mí.