sábado, 23 de noviembre de 2013

Anónima

 
Dulce poesía la que viertes a mis ojos
y me atiborras de júbilo naciente
desde ti, desde que me ves
desde que te veo
¡ALEGRÍA!



Te abres a mis sueños como pez al agua
sin dolor penetras mi océano furioso
libre danzas a mis besos
a mi piel somnífera de rosas.


Me sumerjo enclavado en aire fresco
nada luce cerca cuando me sostienes en tus ojos
nada existe allí detrás
y se mueren los entornos.


Me paseas por el espacio sin gravedad
y sin maletas viajo
conmensurado a tu merced sin sobreprecios
¡Soy quien soy y ya!


¡Vivo!
¡Libre!
¡Furtivo y perenne!

¡Plácido!
en boca de tu boca
en prosa de tu aliento
… soy luciérnaga que brilla a luz del día…
desde que abracé tu boca con mi alma
desde que toqué tu canto con mi ritmo
somos lastres
exiliados diáfanos amores de otro mundo.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Reinserción




 
Vuelvo desde mí a estar en sí otra vez
a estar en mí
por donde alguna vez pasé y vuelvo.

Recorrida la virtud de los viajes hoy integro mi pasar
ya no escupiendo desastres, ya no fingiendo paz
estas noches conmigo han sido mil orgasmos de fe
y presunto el camino correcto me apego al destino que fijo.

Estuve tan dormido en mi sosiego que distrage mi cabello al piso.
No he salido a disolver mi averiado pasado, ni a mis huellas le busco escape
recupero consciencia que jamás tuve a tu lado
recupero consciencia que jamás tuve a mi lado
pues estos días he intentado acogerme
vivir
y abrazar mi silueta a valquirias, con esta ofrenda de muerte.

Bebiendo de mi propia sangre he tenido cabida en el cielo
refutando implicancias de muerte
aspirando el rocío florido de tu copa acicalada de frutos
Dios de la vida eterna y la completa desgracia en vida.

Estos versos de hambruna corregida no pertenecen al sabor de la carne
pues cubierto de pieles jamás sentí calor
entre tantas piernas no solventé mi sangre con almas
escogí caminos desiertos para plantar mi vid
y me sentí estéril, siendo húmeda y ardiente mi sangre oculta del sol
hoy sabiendo que mi sangre brota
que la flor emerge desde mí cuando se unta en agua dulce
¡Putrefacto océano de muerte!
Este vino ha sido el vino que perdí desnudo en tu merienda.

Vuelvo, en mí, a mí
aire maloliente recorre mi garganta
flemas verdes
frío en mis pies
siento el sudor que viaja hasta mi espalda
desvarío
siento la fiebre que supera mi sentido común
vuelo.
Estoy tan  vivo que toso
y tan vivo que duele vivir
y tan en mí que abrazo el dolor que me da la vida
antes sobraba mi lengua
mi nariz
mi pene
mis manos
mi sangre insípida.


Jorge Galaz Acevedo.