Atravieso por un límite graso, caliente amargo, ácido
atravieso por el último y sombrío paraíso de tu piel
por el acalorado trazo húmedo, por el sendero que une tu
sabor con los aromas
por el silencio de tus labios cerrados y tu boca silente
entre que beso y hablo, aspiro, inhalo
cada gota que brota me advierte de tu raíz vertiente
y cada espasmo me abre acceso a más.
Con sigilo, pero sin titubeo intento descifrar a tacto tu
detalle
a sabor, a gemido y jadeo ardiente.
No te niegas a tragarme
y no me niego a descubrirte
fluyo
y quepo en tu fluido plácido.
¡Trago tu dilema hormonal!
¡Digiero tu sonrisa eterna!
… y entre tanto palpo a mano libre tu horizonte oscilante
y entre tanto culmino con mis dedos en lo endurecido de
tu centro
y me aflige no poder catarte más intenso
más profundo, más por dentro…
¡Lanzo mi pecado!
¡Ataco desalmado!
y culmino dentro, de tus labios rojos
con mi carne dentro
con mi lengua firme recorriendo
y sintiéndote por dentro con un beso.
Jorge Galaz Acevedo