Quizá, si fuera piedra de tus dedos
o si el mar se escondiera de pronto
tal vez, cuando dejes de permutar tus huellas
por sombras,
cuando dirijas tus pupilas al fondo de las mías,
ese día, quizá
cuando me sugieras tenerte,
tal vez, me encuentre tus besos
en algún lugar que conozcan los míos
para tenerte, ojalá.
Pero cómo,
si la luna no conoce mi boca
y el sol no sabe que de pronto, cuando no me ve
no duermo, en sus brazos de fuego
ni los míos en tu cuerpo
y en sueños, me pregunto cómo.
Ya lo ves, tengo un par de horas
como si pudiera despojar al día de tu voz
para no recordarte
y siento que el cielo se enoja
y las flores temen cuando las miro y pienso en ti
en este momento, ahora
y quiero saber cómo
para saber cómo
y cuándo.
Talvez, esta noche una hoja seduzca tu cuerpo
y seré árbol para mirarte
y así sabré cómo
y cuándo mirarte a los ojos
de frente
respirar tu boca
y amarte.
Cómo, si no hay señuelos
que me indiquen dónde brillarán los atardeceres
cómo, si el mismo cielo reprocha a las nubes
cuando las estrellas ignoran su brillo
como pareces amar y te odias
y te ocultas como estrellas, de mis ojos.
Y me pregunto cómo, más bien
cuándo
dejarás de preguntarte cómo
y replegarás las hordas que laceran el tiempo
sin ti
hasta que pueda aferrarte a mis olas
y soltar tu cabello sobre la faz de mi piel.
o si el mar se escondiera de pronto
tal vez, cuando dejes de permutar tus huellas
por sombras,
cuando dirijas tus pupilas al fondo de las mías,
ese día, quizá
cuando me sugieras tenerte,
tal vez, me encuentre tus besos
en algún lugar que conozcan los míos
para tenerte, ojalá.
Pero cómo,
si la luna no conoce mi boca
y el sol no sabe que de pronto, cuando no me ve
no duermo, en sus brazos de fuego
ni los míos en tu cuerpo
y en sueños, me pregunto cómo.
Ya lo ves, tengo un par de horas
como si pudiera despojar al día de tu voz
para no recordarte
y siento que el cielo se enoja
y las flores temen cuando las miro y pienso en ti
en este momento, ahora
y quiero saber cómo
para saber cómo
y cuándo.
Talvez, esta noche una hoja seduzca tu cuerpo
y seré árbol para mirarte
y así sabré cómo
y cuándo mirarte a los ojos
de frente
respirar tu boca
y amarte.
Cómo, si no hay señuelos
que me indiquen dónde brillarán los atardeceres
cómo, si el mismo cielo reprocha a las nubes
cuando las estrellas ignoran su brillo
como pareces amar y te odias
y te ocultas como estrellas, de mis ojos.
Y me pregunto cómo, más bien
cuándo
dejarás de preguntarte cómo
y replegarás las hordas que laceran el tiempo
sin ti
hasta que pueda aferrarte a mis olas
y soltar tu cabello sobre la faz de mi piel.