lunes, 5 de abril de 2010

Te escribo versos...


Me tienes como haciendo versos de mi vida
con los ojos rebosados
sempiternos de la dulce risa
de alegría entera
me tienes como haciendo versos todo el día
repitiéndote en mis labios
acercándote a mi vida.

Me has tocado con tu alma
con el aire puro de tu brisa
niña estoy vagando alegre, en risas
y estoy haciendo versos de alegría
celebrando que a mi vida has llegado tú.

Mi ángel hago versos como versos me haces vida
como al pecho atiborrado besas
como al suelo desdoblado allanas
con tu sola boca y tus palabras lindas
... niña estás robando
estás metiéndote a mi vida.

Y me tienes como loco, así
como escribiendo versos para ti
a tu calor de sol
a tu pasión de almíbar
a tu razón furtiva
y a tu ternura, niña.

Me tienes bella haciendo versos de mi vida
pensando en ti...
en tu silueta de divina
y que te quiero aquí
con tus alitas de ángel
con tu mirada en mí.

domingo, 4 de abril de 2010

Maira


Te puedo tapar la boca a besos si me vuelves a desear

no lo digas con tus ojos, porque me hacen bestia

tu silencio inmenso es mi dilema

el misterio más intenso entre los dos.


Cuánto me dice tu mirada

tanto imaginable que no entiendo

ni caber podría en mis oídos

tu boca calla…

tus ojos me hablan, tu piel, los dientes en tus labios dulces.


… Sueño

contigo sueño a ratos

a cada instante, siempre.


No hay espacio libre de ti, no hay

ni hay momento sin saber que estás

en la novela hermosa

con sus capítulos estrechos y paraíso inmenso.


¡Ay mujer!

te quiero aquí en mi alma pronto

porque ya eres carne de mi pecho

y eres mi ángel, corazón.

En la orilla del mar


Tú conmigo
a orillas del mar
sentados, juntos
solos
con el tiempo muerto
al atardecer
buscando entre tus manos un refugio
perdido en tu mirada
respirando tus respiros.
Quiero que me des un beso
un abrazo eterno
y fundirme en tu regazo
hasta tocarte el corazón.

Esto que me pasa es sueño
es la vida entera, alegría
estar contigo aquí varado, a solas
a la orilla del mar
y comprender que nadie más nos busca
que nadie más entiende y somos uno
o un par de locos tiernos
fugitivos de la luz
confidentes de la noche.

A la orilla del mar
donde alguna vez te vi
y hoy te vuelvo a ver, soñando con tu aroma
tu cabello rojo y tu silueta
con tus ojos bellos
y tu voz de abril.

jueves, 1 de abril de 2010

Desconocida


Y te encojes de hombros
como si supieras nada
como si dudaras tanto, como cual sorpresa te hayas
frente a mí, desconocido tuyo
aspirante a nada.

Y te vas de pronto
entre gente avanzas, lejos
y te vas marchando y clamas, aire.
Yo te veo a solas, por el otro lado
como vas viviendo
como vas sin mí
como voy sin ti.

Y te espero el rostro
por si das la vuelta, por si en algo piensas
quedo en pie mirando, con el tiempo en cero
pensativo, expectante
por si fuera la hora
preguntando cómo.

¿Signos?
No hay, y sueñuelos menos
nada hay
tú te vas a solas
y yo a solas quedo
a un suspiro largo
a una larga trova
a un momento yermo.

Tú al desierto, a la vida
entre gente avanzas, por la sola senda
colectando nubes, replegando aromas
divertida y dulce.

Acto segundo, yo te escribo cartas
para cuando llegues, para cuando des la vuelta.
Yo capaz te diga: ¡Aquí estás!
Tú dirías hola, yo diría ven…

Se te he visto, cierta vez
en alguna calle, por algún lugar
y te desconozco...
ahora pienso dónde,
luego cuándo llegarás.