jueves, 19 de mayo de 2011

Al amor de mi vida


A los años pediré que no te olviden

que no descuiden tu recuerdo y se haga vago:

tanto la razón de tu existencia,

como el porqué de mis razones,

de las tantas y numéricas fracciones de razones

por las que haces tu gobierno en mi frontera

y tus días y tu vida en mi novela .


A ti te pediré que no distraigas la inocencia

y que no cunda en tu silencio la miseria,

ni la vida opaca… ni tu ausencia.

Estaré por ti al cruzar el sol la tierra

y alzaré mi voz para encontrarte

cuando ya no puedas verme

y tocaré tus labios para cuando no me oigas

... y por si no me sientes, entonces, te amaré en silencio.


Te amaré encallado en la cordura

y en la extensa vialidad de la demencia,

entre el paso de los años y en los días de inconsciencia.


¡Vida!, te amaré a mansalva

ni en gotitas, ni a centavos

te amaré en caudal que inunda,

en cada parpadeo de tus ojos

y en cada sueño, en toda noche y toda vida,

te amaré.

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